La cultura del Error

La cultura del Error
Cuántos de nosotros hemos dicho hoy, esta semana o este mes:
  • "Me he equivocado, he cometido un error, no debería haber…"
Y eso los que aún tienen algo de humildad, empatía y auto-crítica. El resto símplemente vomita las responsabilidades sobre terceros:
  • ¡Es que mi entrenador no se entera de nada!
  • Voy a despedir a mi nutricionista, no he perdido ni 100 gramos...
  • ¡Vaya mierda de organización de la carrera que no ha señalizado bien y me he perdido!
Somos yonkis de de los errores, consumimos todo lo que nos advierta de errores que podamos esquivar, los vídeos en Youtube o artículos con el titular “Los 5 errores que no debes cometer cuando…”, o “no cometas éstos errores…” se multiplican por todas partes porque los humanos tenemos auténtica fobia a cometer errores, aunque quien nos esté dando esos consejos mágicos para no cometer errores no haya nunca cometido dichos errores, y por ende, pudiera haber aprendido de ellos como para instruirnos. Yo pregunto:
  • ¿Si no cometo un error como puedo aprender de el?
  • Tienes que fiarte de lo que yo te digo que soy el super-experto
  • ¿Y si te equivocas?
  • Yo nunca me equivoco, ¿no has visto lo que pone en mi etiqueta?: “experto”, yo soy un experto. Además, tengo un libro que se titula “evitar estos errores te harán ser la persona que deseas?”. ¿Lo has leído?
  • Uff no, ni pienso, huele a...
  • Con mi libro nunca te equivocarás...
  • Pues paso, yo no tengo ningún problema con los errores. No los veo como tú
  • Pudiendo acertar, porque perder el tiempo errando.
  • ya… eso lo dices tú. Yo prefiero probar a ver que pasa..
  • pues lo que pasa es que te vas a equivocar.
  • Pues yo creo que te equivocas con la intención de manipularme para que no me equivoque,
  • y yo creo que te equivocas por querer equivocarte.
  • Pues me parece que esta conversación es un error en sí misma,
  • si me hicieras caso te la hubieras ahorrado.
  • Y me hubiera perdido la oportunidad de aprender que tus conocimientos no me interesan. Ahora ya lo he aprendido, gracias a este error de conversación.

Que los demás se equivoquen por mí

Hay algo que nos gusta más que conocer los posibles errores para evitarlos que es ver a los demás equivocarse… ¿Cómo puede ser que disfrutemos con los errores de los demás?, y no me refiero a un simple tropiezo en un escalón. ¿Cómo puede ser que escuchando a unos compañeros tras una prueba ciclista disfrutemos (aunque sea un poquito) de escuchar a Manolito comentar que comió 1 barrita y 1 gel de golpe justo antes de las rampas del 10% al final del 2º puerto y tuvo un corte de digestión? Es tan sencillo como el instinto natural que tenemos todos de sobresalir frente al resto, del modo que sea (por eso no creo en quien dice que no es competitivo, todos los somos, de un modo u otro, a un nivel u otro). Nos gusta que los demás se equivoquen porque, sin ni siquiera compararnos, ya empezamos en una posición preferente. Tu te has equivocado y yo no. Nos gusta que los demás se equivoquen por nosotros. Para consolarnos nos decimos que errar es humano. Y con eso parece que toda la cultura alrededor del error se valida instantáneamente Lo importante no es comprender si los humanos tenemos que ser compasivos con los errores y con aquellos que erran. Lo importante es entender que el error no es un objeto negativo en nuestro aprendizaje, el error es un nodo muy valioso que alimenta tu conocimiento y capacidad para continuar tu camino hasta el siguiente nodo. Es indispensable. Un camino sin nodos, es un camino plano sin apenas valor.

Visión del error como estímulo:

El intento implica ensayo, el ensayo se encuentra con el error, el error motiva la práctica, la práctica es el camino de la especialización, la especialización te capacita para poder hacer tu propia interpretación. Y tu interpretación de una habilidad o pensamiento te libera y fortalece para acercarte más a tu objetivo. Visión del error convencional: La práctica lleva irremediablemente al error, el error al arrepentimiento, el arrepentimiento a la frustración, la frustración puede derivar en desmotivación o en falta de creer en tus posibilidades y el objetivo se aleja de nuevo y el drama y la auto-compasión asoma por la ventana.   Mi recomendación: Equivócate pronto y equivócate mucho. Se curioso y abraza el error como una oportunidad para salir más fuerte.   
Aquí os dejo una aventura en bici en la que os cuento algunos de los errores de los que he aprendido en carreras o viajes. [embedyt] https://www.youtube.com/watch?v=aYPAKRM2lKw[/embedyt]

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