Las Historias que te cuentas

13 comentarios
Las Historias que te cuentas
Hace poco he comenzado a trabajar con un Psicólogo, (Fernando Gonzalez de Centro Mindset), al que posiblemente ya halláis conocido porque ha sido el protagonista del episodio 10 de nuestro PodCast. Nunca necesité un psicólogo en mi vida, en ningún momento, ahora creo que tampoco y por eso, por esa afirmación, tenía que encontrar a alguien.
  Una de las cosas que me enseñó el primer día es que el ser humano solo es capaz de percibir el 10% de lo que le rodea. No tenemos capacidad para percibirlo todo, por mucho que nos esforcemos siempre habrá un 90% que pasará desapercibido.
  • Fernando: Fred, el problema es que la gente que solo ve mierda constantemente en su vida, es que solo se centra en la mierda, porque claro que hay mucha mierda a nuestro al rededor y tu 10% puede ser una mierda, pero también hay muchas cosas maravillosas para ocupar tu 10%.
  • Yo: Depende de ti si quieres ir por ahí oliendo culos u oliendo flores.
  • Fernando: Exactamente.
Es un descubrimiento que a primer impacto duele. Pero después, tras reflexionarlo te das cuenta que hay un poder brutal detrás de éste 10%. Se convierte en una herramienta muy poderosa porque puedes elegir el 10%  al que fijar tu atención y decidir qué es lo importante de lo que vives. Y así, de repente, aparece la explicación de muchas situaciones, comportamientos y actitudes. Todo aquello que "nos pasa en la vida"... - entre comillas porque el simple hecho de considerar que algo "te pasa" es un ejercicio de ego que te coloca en el eje del suceso y sea bueno o malo según tu criterio comparativo puede derivar en autocompasión o todo lo contrario, una proyección de éxito personal - ...necesita una narrativa, una forma de contárnoslo a nosotros mismos y en consecuencia, observarlo, entenderlo, aceptarlo, aprender y resolverlo. Yo a esto lo he llamado toda la vida: "No te cuentes Milongas", sé claro contigo mismo y no te cuentes historias para convencerte de por qué no consigues aquello que tanto deseas como pj:
  • por qué no bajas de peso ("soy de hueso ancho" o "siempre he sido gordito")
  • por qué no viajas con la bici ("cómo voy a dejar a la familia 1 semana...")
  • por qué no sales a entrenar hoy ("dan lluvia", "ya salgo mañana que hoy no he dormido bien...")...
  • y así, como maestros milongeros desde 19xx cada uno con sus milongas.
Fernando me ha enseñado que esto que yo llamo "contarse milongas" tiene que ver con ese 10% que decidimos percibir de lo que sucede en todo momento. Y la incapacidad habitual que la mayoría tienen para no dominar en que centramos ese 10%, llevándonos con velocidad terminal a un estado de Ansiedad, rabia, envidia, auto-compasión... etc.

Cape Epic 2019

Hace 2 años en la Cape Epic corríamos 4 amigos, 2 de ellos no habían llegado en un estado de forma adecuado para la pareja con la que formaban equipo. No hicimos las parejas pensando en el estado de forma de cada uno sino en otras cuestiones como la rotación carrera por carrera para que todos compartiésemos carrera por etapas con todos y otras cuestiones de amistad. El caso es que nos plantamos en la primera etapa (contrareloj en Table Mountain) y las cartas se descubrieron. Mi pareja estaba muy lejos de mi nivel y en la 2º pareja, 1 de ellos también estaba muy por debajo del nivel de su compañero y hermano gemelo. El primer día no hay problema, si vas rápido es una etapa de 40 minutos empujado por cientos de personas que están dando ánimos por todas partes. Si vas más flojeras te llevará 1h o 1h y 15, pero vayas como vayas ese día no tiene mayor problema, es una gran fiesta. Pero el segundo día comienza la carrera de verdad, y las etapas se pueden hacer muy largas si no estás bien entrenado y aún peor, si tu pareja te va sacando de punto constantemente. Porque es inevitable, si estás fuerte quieres apretar, y si no lo estás la cabeza comienza a jugar a la defensiva y el cómo interpretes ese 10% de lo que sucede y te cuentes las cosas decidirá tu progreso. Mi compañero no podía, gritaba sobre la bici de dolor y empujaba con todo, y así día tras día, pero no había de dónde sacar y el esfuerzo acumulado diario para él estaba siendo brutal (la bici no tiene misterio, echar horas y horas, pero mi compi viviendo en Alemania con metros de nieve por todas partes no pudo echarlas). Yo aflojaba el ritmo y tiraba siempre delante para cortarle el viento y ayudarle, pero aún así, aunque te bajen el ritmo, aunque vayas a rebufo, si el que va delante está mejor que tú... es muy complicado aguantar con la moral alta día tras día en una carrera como la Cape. Mi compañero terminaba cada día agotado pero con el ánimo arriba, como un gladiador que había conseguido doblegar a sus adversarios un día más, y otra noche dormiría caliente y con el estómago lleno. Y al día siguiente, volvía a salir al coso a luchar con todo y con la mejor actitud posible, la espada limpia de sangre y los regflejos al 100%. Lleno de mensajes positivos yo le escuchaba en la línea de salida pero le intentaba bajar el entusiasmo porque quería que corriera con más prudencia y guardara energía, normalmente no te la juegas en una carrera así (al menos hasta la última etapa) Linea de salida del 5º día (Quedaban 4 etapas)
  • Puedo Fred, he descansado bien y vamos a apretar bien la primera hora para coger nuestro hueco.
  • Vale Alex, pero no arranques tan fuerte como el resto de días que acabamos en grupos que no nos corresponden y luego caemos demasiado.
  • Yo si veo que tal me pongo a rueda y tu tiras.
  • Yo tiro desde el principio Alex, nada de "si veo que tal", déjame ponerme a mi primero.
  • Si, sí, tranqui tira tú.
  • De verdad tio... no hagas como el resto de días, déjame marcar el ritmo desde el inicio.
  • Pero hay que pasar a los de ayer, no nos pueden joder.
  • Alex, tío... ya estás igual. Vamos a correr con cabeza.
  • Sí, sí, tienes razón. Tira tú.
Dieron la salida, y salió a toda hostia... Tuve que apretar bien los dientes para engancharle, ponerme delante y poco a poco ir frenándole porque sabía que se iba a venir a abajo a las 2 horas como el resto de días y luego las etapas se convertían en un ejercicio de supervivencia:
  • Come Alex,
  • Bebe Alex,
  • Come Alex,
  • Cállate Alex y respira,
  • Dime pulso Alex,
  • No Alex, no vamos a ir a por esos...
  • Para que me metes la rueda Alex, quédate enganchado cojones...
Pero Alex tiraba, y quería atacar a los de delante, y daban la salida cada día y salía a pelear, y se quedaba a las 2 horas pero gritaba:
  • ¡Fred tio, estoy estoy, no aflojes, aguanto!
Pero yo  sabía que estaba dando espadazos al aire... y era cuestión de tiempo que se clavara la espada en la pierna... Al rato se iba quedando, y las pulsaciones las llevaba por las nubes algunas veces y otras ya no subían por el agotamiento. Durante esas horas cada día la estrategia era disfrutar de lo que veíamos, contarle historias o hablarle de cualquier cosa. Estoy seguro que muchas veces ni me oía, pero pasaban los km´s y nos acercábamos a la meta.  

Cambiando la Narrativa

Cuando nos acercábamos cada día a la meta, yo comenzaba a apretar, y Alex enganchaba la rueda, y yo apretaba un poco más y Alex parecía que se descolgaba pero volvía a apretar y engancharse, y yo bajaba coronas y esprintaba y Alex moría en ese esfuerzo final. Eran 2 km´s cada día finales épicos. Yo le gritaba en esos apretones:
  • ¡Vamos Alex, ahora hay que darlo todo!
  • ¡Que no nos pasen ahora!
  • ¡Dale Alex!
  • ¡Una corona más Alex!
  • ¡Dale!
  • ¡Otra más, carrerón Alex!
Seguro que los que nos veían desde las vallas llegar cada día a la meta de esa manera fliparían con estos motivados que llegando en posición 200 aprietan como si les fuera la vida en ello... Y el llegó a pensar que le quería ganar a toda costa cada día y por eso apretaba de esa forma al llegar a meta, para salir yo primero en la foto. Pero nada más lejos de la realidad. Yo quería que Alex terminara así cada etapa. Con la cabeza de un ganador, del que está luchando contra todo pronóstico, completamente fuera de nivel, pero que cada día se demuestra a sí mismo que no solo puede, si no que aún tiene mucho que decir y dar. Si hubiéramos llegado cada día a meta con el mismo "ejercicio de supervivencia" de los 30 o 40 km´s anteriores... nuestra historia sería diferente. Pero ese ejercicio final de cada etapa, cambiando la narrativa, contaba una historia de vencedores y no de vencidos. En el otro equipo, pasaba lo mismo, pero la actitud era completamente diferente. Nuestro amigo estaba asustado, preguntándose si podría acabar o debería abandonar. Saliendo muy tranquilo, con un ritmo muy bajo, peligrosamente cerca del corte cada día. Pasó varios días con la ilusión tocada y con un exceso de preocupación siendo un tío grande y super fuerte, con capacidades brutales (habiendo corrido carreras como el IronMan). Los 2 estaban en la misma situación, los 2 terminaron la carrera y superaron todos los desafíos, pero 1 se contaba una historia y el otro otra. Uno se contaba historias de éxito y superación y el otro, de peligro y decepción. Los 2 son grandes amigos y les quiero mucho. Y en esa carrera como en otras cosas de la vida, me ensañaron muchas cosas y compartimos mucho juntos.   Tú eliges la historia que te cuentas de cada cosa que vives. Tu eliges que compañero de ti mismo quieres ser, y si la vida va de engañarse a uno mismo, que sean milongas que te ayuden a conseguir las cosas, como hacía mi amigo Alex en la Cape Epic 2019.    

13 comentarios


  • Gonzalo

    ufff, eres grande, yo me paraba en pedales y lo dejaba, o hablaba con la otra pareja y solicitaba a la organización nos dejara switchear parejas, caray que difícil ver ese 10% tan positivo… me lo llevo de enseñanza, justo ahora mi hija e hijo de 17 y 14 estan saliendo a rodar conmigo, me ha costado tener que bajar el ritmo e ir con ellos sin fastidiarme por no poder pegar fuga.


  • Alfonso

    Cuestión de perspectiva…


  • Fred

    No es tan difícil, un enfoque te hace disfrutar, el otro te convierte en miserable. Si hubiera estado quejándome y sintiendo que perdía la oportunidad de poder darlo todo en una carrera tan importante y única, seguramente que lo hubiera desperdiciado al completo. Del otro modo, aún se me ponen los pelos de punta cuando lo recuerdo.
    Me pasó algo parecido en la primera etapa en SriLanka con Pam, me costó aceptar que no podríamos ir a un ritmo más parecido al mío, y la primera etapa estuve un poco “borde” hasta que entendí y cambié el enfoque. A las 2 o 3 horas del primer día que hice el switch, la experiencia cambió por completo y fué un viaje espectacular.


  • Fred

    Todo eso que enumeras, pero sobre todo como se gestionan los inesperados. Porque lo que esperamos que suceda todos sabemos gestionarlo, pero las sorpresas… Un día pinchamos los 2 al mismo tiempo y no teníamos forma de arreglarlo, se nos iba de las manos y veíamos como nos pasaban docenas de parejas. Habiendo hecho uno de los mejores días en la carrera el desánimo estaba a flor de piel. Pero si se acepta rápido y se focaliza uno en la solución pronto se sacude las pulgas y a por lo siguiente.
    Gracias a tí por participar.


  • Fred

    Hola Mikel! muchas gracias por tus palabras. No siempre es fácil, no… es un aprendizaje diario. De eso va la cosa… Un Abrazo


Dejar un comentario

Por favor ten en cuenta que los comentarios deben ser aprobados antes de ser publicados

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y se aplican la Política de privacidad de Google y los Términos del servicio.