¿Cómo hacían hace 500 años cuando para resolver un problema o alcanzar un objetivo requerían de la interacción con alguien que se encontraba a 5 días a caballo?
¿Cómo gestionaban esa espera?, hoy en día el estrés sería insoportable si tuviéramos que esperar 1 semana para recibir una respuesta...
En éste tiempo que vivimos en el que "todo puede resolverse inmediatamente", en el que puedes hablar con cualquiera de mil formas y vías posibles y solucionar cada necesidad que tenga tu proyecto o trabajo, resulta ser el tiempo en el que más estresados estamos.
Dudo que el campesino holandés recién llegado a América en el siglo XVII con el propósito de crear la primera empresa de alumbrado del nuevo continente estuviera con el nivel de ansiedad que vivimos hoy en día los emprendedores de cualquier sector.
Abandono por Ansiedad
Recientemente un socio y amigo ha tenido que abandonar un proyecto que compartimos por problemas con el Estrés. Y esto, tan habitual hoy en día, me ha animado a reflexionar sobre ello.
Yo he bailado a solas con la Ansiedad durante mucho tiempo. Y digo a solas porque cualquiera que haya sufrido de ansiedad sabe la oscuridad en la que a veces te encuentras sin explicación aparente.
Vas aprendiendo y mejorando pero nunca se marcha del todo. En algún rincón de la habitación espera su momento para saltar a tu espalda, clavar sus garras y colgarse un tiempo, cogiendo peso, desgarrando poco a poco por efecto de la gravedad..
Es como el ex-fumador, siempre será fumador, su gran logro es que ha aprendido a no fumar, porque los cerebros no des-aprenden, solo aprenden nuevos comportamientos, pero los viejos quedan ahí y pueden volver en cualquier momento.
Y si has sufrido Ansiedad, es porque en algún momento has tenido una reacción emocional desmesurada o equivocada y este comportamiento, puedes sobre-escribirlo, pero no des-aprenderlo. El cerebro se lo queda, por si acaso...
Diseñamos la era que vivimos pero no nos diseñamos a nosotros en ella.
No podemos con tantos estímulos, no podemos atender las urgencias de los demás constantemente y sobre todo, no podemos ser esclavos de las pantallitas o sherpas en las escaladas ajenas.
Y esto, que parece que no va a cambiar (me atrevo a decir que irá a peor) ¿dónde nos va a llevar? ¿Cuál es la incapacidad que tenemos como especie para adaptarnos a esta realidad igual que nos hemos adaptado a tantas otras cosas?
Bukowski decía: He estado solo, pero rara vez en solitario. He satisfecho mi sed en el pozo de mi mismo y ese vino era bueno, el mejor que he tenido, y esta noche sentado mirando a la oscuridad ahora finalmente entiendo la oscuridad, la luz y todo lo que hay entremedio. La paz de la mente y el corazón llega cuando aceptamos lo que es: habiendo nacido en esta extraña vida debemos aceptar la amenaza desperdiciada de nuestros días y tomar cierta satisfacción en el placer de dejarlo todo atrás. No llores por mí. No te preocupes por mí. Lee lo que he escrito y luego olvida todo. Bebe del pozo de ti mismo y comienza de nuevo.
Los cambios dependen de uno y en muchos casos necesitan decisiones drásticas, como la de mi amigo. Pero las decisiones drásticas suelen cambiar el escenario y eso no sirve de mucho si el protagonista sigue interpretando el mismo papel.
¿Será esto lo más difícil en la vida? ¿cambiar como sentimos y reaccionamos ante los desafíos?, yo creo que sí.
La actitud
Hoy he escuchado en un podcast a un inversor profesional que decía que su principal argumento para invertir en un proyecto era que el equipo que estaba detrás viera los inconvenientes como desafíos y no como problemas.
Y tiene mucho sentido. La fuente de energía que te alimenta cuando tienes un problema que resolver no se parece en nada a la energía que utilizas cuando tienes un desafío que superar. Eso que llamamos actitud.
Una reacción te reta y estimula. Es decir, proyectas una actitud que te empodera y te alimenta para aportar ideas creativas y alcanzar el objetivo.
La otra reacción te asusta, te genera ansiedad, inseguridad y te debilita. Se convierte en una actitud de huída o defensa que elimina toda posibilidad de ser creativo y deriva en malas decisiones.
La mayoría de nosotros no nos enfrentamos a que un león nos pueda comer al salir de la cueva, asi que la reacción adecuada a cualquier estímulo es la que te genere una actitud de desafío, no de problema, porque ese email o whatsapp, no es un león.
Piensa en cómo reaccionas ante cualquier inconveniente y trabaja esa reacción, si tu actitud no es la correcta y tienes un comportamiento negativo, no sufras, el cerebro puede aprender a tener la actitud correcta a base de repetición, hasta que lo hagas inconscientemente, hasta que se convierta en un rasgo de tu carácter.
¿Y los que vienen?
Tengo mucha curiosidad por cómo las nuevas generaciones van a gestionar las urgencias y los estímulos en las próximos lustros, cuando les toque a ellos emprender. Me refiero a estas nuevas criaturas de nuestra especie que han nacido con un procesador entre los dientes.
Me cuesta tener una opinión sobre esto, no sé si vendrán más preparados o menos, pero desde luego que hoy en día, los que estamos en la batalla vemos delante de nuestras narices demasiadas unidades combatiendo en primera línea hasta arriba de ansiolíticos, antidepresivos o alcohol saltando de trinchera en trinchera como si supieran lo que hacen. El día que se queden sin munición no tendrán capacidad para pelear con sus propias manos.
Muchos piensan que la tecnología ha corrido más que nuestra capacidad evolutiva. Yo creo que nos falta educación emocional y formación psicológica, porque nuestro cerebro es tan complejo como simple, ve las cosas como buenas o malas y reacciona según ese proceso binario.
Etiqueta los impactos y graba como reaccionamos ante ellos, la emoción que usamos cuando llegan. Y esto último condiciona nuestra actitud, vital en nuestra capacidad.
Hay una cita que me encanta de Jon Waine "Ensilla tu caballo aunque estés muerto de miedo"
9 comentarios
martinez.bernardo
jajaja, sí, mucha tela hay ahí. Es verdad que se abre un abanico de posibilidades muy amplio y muy rico, que seguramente bien enfocado puede ser buenísimo. Pero el mayor problema que yo le veo al metaverso, o a tener varios avatares como dices, es que ya es difícil tener tiempo libre con una sóla vida, imagínate si tienes que gestionar varias en paralelo… Inevitablemente tienes que dedicarle menos a la real. Y yo no hago más que imaginarme un montón de chavales encerrados sólos en sus casas con sus ordenadores, viviendo esas vidas paralelas irreales en esos distintos matrix, y me da bastante pena la verdad (de hecho esto empieza a pasar en Japón, e incluso tiene un nombre, “hikikomori”)… Lo comparo con jugar una pachanga en la calle y después echarte unas risas con unas cañas… y quizá es que me estoy haciendo viejo, pero no hay color :-) .
Javier
Me encantan tus reflexiones.
“Ensillamos nuestro caballo con muchas prisas, cabalgamos a lomos de la inmediatez, creemos que somos capaces, que podemos con todo y es cuando tras un relincho ensordecedor provocado por el estrés nuestro caballo nos manda al suelo del que a veces cuesta mucho volver a levantarse”.
¡Valiente! ensilla de nuevo el caballo aunque estés muerto de miedo.
Un brazote.
Fred
gracias a tí Javier. Buena aportación.
Ber
Gracias por compartir esta reflexión, y tu “baile” con la ansiedad. A los que pasamos por lo mismo, nos ayuda saber que no somos los únicos, que no es algo de gente que está encerrada en su casa, que se puede vivir con ello y aún así hacer cosas y ser feliz.
Es algo irracional, pero muy muy real, y llega a limitarte inconscientemente, aunque luches contra ello y te obligues a ensillar el caballo. Pero siempre viene bien recordar que es necesario ensillarlo, que vendrán días mejores en los que incluso no te acuerdes de la ansiedad, hasta que vuelva a hacer aparición por cualquier motivo, o incluso a veces aparentemente sin él.
Yo he llegado a la conclusión de que gran parte del problema es la velocidad a la que se vive ahora, y la cantidad de información y estímulos que tenemos. He decidido desinstalar todas las apps de redes sociales de mi móvil (Facebook, Instagram, Youtube) porque había veces que después de 1h perdida haciendo scroll-down y viendo contenido irrelevante, me encontraba mal y asomaba la ansiedad. Creo que es fundamental volver a vivir el presente, la vida de cada uno, sin mirar tanto la de los demás, que por cierto, sólo vemos la parte buena y supervitaminada, que nos hace sentir desgraciados por comparación (no podemos estar siempre de viaje en Maldivas o estrenando coche o lo que sea que nos guste). Me di cuenta de esto cuando en un período largo de vacaciones me encontré vacío, sin nada que me incentivara. Ahí supe que nos están engañando. Hay mucho alrededor en nuestro día a día que es apasionante y que hay que vivirlo como tal, y más si te marcas planes y retos y proyectos. Pero mientras estás metido en las redes sociales, no haces nada de eso, sólo ingieres contenido que te vacía, y a largo plazo eso es muy perjudicial. Y lo mismo ocurre si estás demasiado centrado en tu trabajo que no te deja tiempo para lo demás. Cuando tengas 70 años de qué te vas a arrepentir? De no haber entregado tal proyecto a tiempo, de no haber ganado un 20% más de salario, o de no haber pasado más tiempo con tus hijos/amigos/padres? A mi esta pregunta me abrió los ojos.
Recuerdo mi época de juventud cuando en el pueblo disfrutábamos de las tardes sin nada que hacer, donde todo era buscar formas de divertirnos, y de cualquier cosa sacábamos entretenimiento para horas. Hemos perdido esa pasión por la vida. Y mi forma de recuperarla es borrarme de ese mundo ficticio, al menos en parte, porque siempre hay cosas positivas y gente interesante que seguir, pero hay que ponerse límites muy firmes. Y es preocupante pensar en qué pasará con los niños que han nacido con un perfil de Facebook. Su noción del tiempo y de la vida será muy distinta de la que tenemos los que aún recordamos cómo era nuestra vida sin internet ni móviles. Ellos no tienen esa referencia, y dependen de nosotros para que les ayudemos a fijar sus límites.
En fin, siento lo extenso del comentario, pero me parece un tema extremadamente relevante para la sociedad, y me apetecía compartir mi punto de vista, además de agradecerte el artículo.
Decirte que tus vídeos han sido unos de los que me han animado a retomar la bici después de años abandonada, y está siendo una terapia estupenda para reconectar con las cosas que importan de la vida. Salir en bici de la ciudad a las 6am de noche con el foco y desayunar una barrita o un plátano sentado en medio del bosque viendo el amanecer, antes de volver a casa para empezar a trabajar, son de esas cosas que es mejor vivir en persona.
Un saludo!
Fred
Hola Bernardo! un placer leerte. Siento como tu, los que hemos vivido el nacimiento de las redes pero venimos de un mundo analógico, tenemos un concepto de la realidad unidimensional. Hoy en día, los chavales están en varias realidades paralelas conectados con diferentes presentes y normalmente desconectados con el suyo temporal. Nosotros hacemos ayuno tecnológico de vez en cuando. Apagamos router en casa y solo se pueden hacer cosas fuera de las pantallas e internet. Es una delicia. Pero también encuentro el lado positivo a estos canales, siempre que los sepas usar. A mi me han descubierto muchas cosas y también he aprendido. Pero sabiendo de inicio, que eso no es real, que lo real es lo que haces y sientes no lo que ves a través de una pantallita.
Mírate este artículo que interesante: https://elpais.com/ideas/2021-10-10/byung-chul-han-el-movil-es-un-instrumento-de-dominacion-actua-como-un-rosario.html
jajaja, sí, mucha tela hay ahí. Es verdad que se abre un abanico de posibilidades muy amplio y muy rico, que seguramente bien enfocado puede ser buenísimo. Pero el mayor problema que yo le veo al metaverso, o a tener varios avatares como dices, es que ya es difícil tener tiempo libre con una sóla vida, imagínate si tienes que gestionar varias en paralelo… Inevitablemente tienes que dedicarle menos a la real. Y yo no hago más que imaginarme un montón de chavales encerrados sólos en sus casas con sus ordenadores, viviendo esas vidas paralelas irreales en esos distintos matrix, y me da bastante pena la verdad (de hecho esto empieza a pasar en Japón, e incluso tiene un nombre, “hikikomori”)… Lo comparo con jugar una pachanga en la calle y después echarte unas risas con unas cañas… y quizá es que me estoy haciendo viejo, pero no hay color :-) .
Me encantan tus reflexiones.
“Ensillamos nuestro caballo con muchas prisas, cabalgamos a lomos de la inmediatez, creemos que somos capaces, que podemos con todo y es cuando tras un relincho ensordecedor provocado por el estrés nuestro caballo nos manda al suelo del que a veces cuesta mucho volver a levantarse”.
¡Valiente! ensilla de nuevo el caballo aunque estés muerto de miedo.
Un brazote.
gracias a tí Javier. Buena aportación.
Gracias por compartir esta reflexión, y tu “baile” con la ansiedad. A los que pasamos por lo mismo, nos ayuda saber que no somos los únicos, que no es algo de gente que está encerrada en su casa, que se puede vivir con ello y aún así hacer cosas y ser feliz.
Es algo irracional, pero muy muy real, y llega a limitarte inconscientemente, aunque luches contra ello y te obligues a ensillar el caballo. Pero siempre viene bien recordar que es necesario ensillarlo, que vendrán días mejores en los que incluso no te acuerdes de la ansiedad, hasta que vuelva a hacer aparición por cualquier motivo, o incluso a veces aparentemente sin él.
Yo he llegado a la conclusión de que gran parte del problema es la velocidad a la que se vive ahora, y la cantidad de información y estímulos que tenemos. He decidido desinstalar todas las apps de redes sociales de mi móvil (Facebook, Instagram, Youtube) porque había veces que después de 1h perdida haciendo scroll-down y viendo contenido irrelevante, me encontraba mal y asomaba la ansiedad. Creo que es fundamental volver a vivir el presente, la vida de cada uno, sin mirar tanto la de los demás, que por cierto, sólo vemos la parte buena y supervitaminada, que nos hace sentir desgraciados por comparación (no podemos estar siempre de viaje en Maldivas o estrenando coche o lo que sea que nos guste). Me di cuenta de esto cuando en un período largo de vacaciones me encontré vacío, sin nada que me incentivara. Ahí supe que nos están engañando. Hay mucho alrededor en nuestro día a día que es apasionante y que hay que vivirlo como tal, y más si te marcas planes y retos y proyectos. Pero mientras estás metido en las redes sociales, no haces nada de eso, sólo ingieres contenido que te vacía, y a largo plazo eso es muy perjudicial. Y lo mismo ocurre si estás demasiado centrado en tu trabajo que no te deja tiempo para lo demás. Cuando tengas 70 años de qué te vas a arrepentir? De no haber entregado tal proyecto a tiempo, de no haber ganado un 20% más de salario, o de no haber pasado más tiempo con tus hijos/amigos/padres? A mi esta pregunta me abrió los ojos.
Recuerdo mi época de juventud cuando en el pueblo disfrutábamos de las tardes sin nada que hacer, donde todo era buscar formas de divertirnos, y de cualquier cosa sacábamos entretenimiento para horas. Hemos perdido esa pasión por la vida. Y mi forma de recuperarla es borrarme de ese mundo ficticio, al menos en parte, porque siempre hay cosas positivas y gente interesante que seguir, pero hay que ponerse límites muy firmes. Y es preocupante pensar en qué pasará con los niños que han nacido con un perfil de Facebook. Su noción del tiempo y de la vida será muy distinta de la que tenemos los que aún recordamos cómo era nuestra vida sin internet ni móviles. Ellos no tienen esa referencia, y dependen de nosotros para que les ayudemos a fijar sus límites.
En fin, siento lo extenso del comentario, pero me parece un tema extremadamente relevante para la sociedad, y me apetecía compartir mi punto de vista, además de agradecerte el artículo.
Decirte que tus vídeos han sido unos de los que me han animado a retomar la bici después de años abandonada, y está siendo una terapia estupenda para reconectar con las cosas que importan de la vida. Salir en bici de la ciudad a las 6am de noche con el foco y desayunar una barrita o un plátano sentado en medio del bosque viendo el amanecer, antes de volver a casa para empezar a trabajar, son de esas cosas que es mejor vivir en persona.
Un saludo!
Hola Bernardo! un placer leerte. Siento como tu, los que hemos vivido el nacimiento de las redes pero venimos de un mundo analógico, tenemos un concepto de la realidad unidimensional. Hoy en día, los chavales están en varias realidades paralelas conectados con diferentes presentes y normalmente desconectados con el suyo temporal. Nosotros hacemos ayuno tecnológico de vez en cuando. Apagamos router en casa y solo se pueden hacer cosas fuera de las pantallas e internet. Es una delicia. Pero también encuentro el lado positivo a estos canales, siempre que los sepas usar. A mi me han descubierto muchas cosas y también he aprendido. Pero sabiendo de inicio, que eso no es real, que lo real es lo que haces y sientes no lo que ves a través de una pantallita.
Mírate este artículo que interesante: https://elpais.com/ideas/2021-10-10/byung-chul-han-el-movil-es-un-instrumento-de-dominacion-actua-como-un-rosario.html
Un abrazo!
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