El precio es el argumento cuando no hay argumento

Amazon logró no pagar impuestos en Europa durante 2021 A pesar de obtener un récord de ventas con más de 55.000 millones de dólares, un 17% más que en 2020, la compañía de Jeff Bezos evitó el pago de tributos en el continente gracias a maniobras de ingeniería fiscal.
¿Cómo puede ser esto posible? ¿cómo puede ser que la compañía que está destruyendo el libre mercado consiga no pagar impuestos y sin embargo, se convierta en la opción número uno para la mayoría de usuarios cuando necesita comprar… “cualquier cosa”?
Antes de analizar cómo están las cosas y hacia donde vamos, es útil recordar como comprábamos antes. Las nuevas generaciones solo conocen las nuevas reglas comerciales que imponen las grandes corporaciones, pero los que pertenecemos a generaciones anteriores no necesitamos hacer un ejercicio muy intenso en la memoria para ubicarnos en lo que eran habituales rutinas comerciales, que eran mucho más que simplemente comprar, y en las que primaba algo por encima de todo: el desplazamiento.
Descubrir nuevas opciones más allá de los algoritmos
Para comprar algo teníamos que ir a un lugar en transporte público o con nuestro vehículo.
Aparcaba, paseaba, me dejaba llevar, dejaba un mensaje a un par de amig@s que iba a estar por la zona de compras y seguía mi rollo, caminaba, entraba en una de mis tiendas favoritas a echar un ojo, salía quizá sin nada, miraba si mis amig@s habían respondido al sms y continuaba la tarde. Me topaba con una nueva tienda, que curiosidad, ¿qué tiene esta gente?, echaba un vistazo y algo me llevaba. Cruzaba un par de calles para entrar en la librería de toda la vida, la que llevaba visitando desde los 80 para ver si había algún libro de Bukowski que aún no hubiera leído y sí, aún quedaba alguno... me lo llevo.
Al salir, un amigo ya había contestado y me encontraba con él, lo primero una caña y ponernos al día, después, juntos, nos acercábamos a otro lugar donde tu colega quería mirar algo y tu aprovechabas para a ver si ya estaba el último disco de Nirvana o encontrabas unas zapatillas en la tienda de al lado para jubilar las que te habían regalado las navidades pasadas. Aún están bien las que llevas, se le pueden sacar unos cuantos meses más… pero si encuentro unas converse chulas… me las llevo.
Algunos días caía un cine, o película nueva o un clásico en la filmoteca. Si la tarde estaba agarrando ritmo igual incluso cena, copa y a ver hasta donde nos lleva Madrid.
Y así corría un Martes cualquiera.
Caminar, mirar, encontrarse, fluir, conectar con el barrio…
- ¡que pérdida de tiempo!, pensamos hoy cuando NECESITAMOS ALGO, AHORA Y YA.
El precio por encima de todo.
No era importante encontrar lo más barato posible, era importante encontrar algo que quisieras tener, que necesitaras o te hiciera ilusión. Pero sobre todo era importante la experiencia completa. Y no teníamos mayor poder adquisitivo que ahora.
Hoy, en un sistema perfectamente diseñado para que veamos en un instante una comparativa de precios de cualquier producto desde nuestro teléfono. La experiencia se ha ido al carajo. Ya no importa nada más que el precio. Quien diga lo contrario miente. Si quieres comprarte unos guantes y en tu tienda favorita valen 35€ y en Amazon 29€… te los comprarás en Amazon. Porque no te importa la carga de tu decisión. Te importa tu bolsillo, porque te lo están despellejando por todas partes.
Barato a cualquier precio
Amazon pone las reglas del nuevo comercio. Y todas las grandes aceptan y salen a competir con esas reglas: Explotación de trabajadores y proveedores, ingeniería financiera para evadir impuestos, acuerdos gubernamentales para levantar grandes almacenes sin pagar por los terrenos y por supuesto sin pagar impuestos por la construcción de los mismos, con la única condición de aportar trabajo en la región… es una lista interminable que hace cada vez más rentable a la gran corporación.
Cuanto más crecen, más fácil lo tienen todo. Imagina que tu negocio el día de mañana tiene capacidad de levantar un almacén de 2000 metros cuadrados… ves a buscar la mitad de condiciones que tiene Amazon a ver si alguien te recibe.
Recientemente van saliendo documentales y testimonios de cómo es trabajar en Amazon, (y por supuesto en las grandes corporaciones que intentan competir con Amazon), pero ¿sirve de algo toda ésta información?¿le hace pensar al consumidor?¿se puede competir contra la conveniencia al máximo nivel?
Lo conveniente siempre gana
Estos servicios que ofrecen las grandes corporaciones en comercio online tienen un valor por encima de todo: Es conveniente. Y es conveniente porque siempre es mejor pagar menos, y es mejor no tener que moverte de casa cuando necesitas un domingo por la mañana que te traigan ese mismo día antes de las 23:00 un set de 12 perchas de plástico. Vital, por su puesto.
Pero la conveniencia debería ser algo construido desde nuestros principios. Tú deberías elegir lo que para ti es conveniente. ¿Pero lo sabemos?
¿Y los principios?
Convenientes deberían ser nuestros principios. Porque cuando te los saltas, después de ellos no hay nada. Está el vacío y la manipulación.
Pero tú quieres que en tu comunidad las cosas vayan bien, porque te afecta, porque quieres vivir en un lugar donde la gente puede prosperar, puede trabajar, hay buen ambiente y sobre todo oportunidades. Y tus principios, entre otras cosas, deberían cuidar esto.
No está bien que financiemos grandes corporaciones que siguen creciendo sin fin hasta dominarnos a todos, grandes empresas que se mofan al afirmar que las pequeñas no sobreviviremos a la purga.
Claro que podemos sobrevivir. Pero necesitamos acabar con ellos.
Hay solución
Tras años hablando de esto y concienciando a nuestra comunidad sobre lo valioso que es la pluralidad en el comercio y lo fundamental que es para la sociedad disponer de un comercio saludable y diversificado. Mi conclusión es que el usuario quiere, pero no quiere poder. Es decir, dice: “sí, pero no puedo pagar más por eso o aquello otro”.
Por lo tanto quiere, pero no quiere poder, porque poder es posible, incluso en el momento tan agresivo que vivimos hoy.
Necesitamos accionar 2 palancas:
- La primera es la del consumidor: los principios son importantes y hay que apoyar el movimiento correcto, el justo y el que garantice un progreso plural y abierto para todos.
- La segunda es la del gobierno: Hay que cambiar las cosas, hay que marcar unos precios fijos e inamovibles en los productos para que cualquiera pueda comerciar. Claro que las grandes conseguirán mejores márgenes porque comprarán más volumen y por lo tanto, más barato. Pero si consolidamos una estructura de precios fijos, cualquiera podrá tener un negocio porque incluso el margen más pequeño, para quien compre poco, será un margen razonable. Y su capacidad de supervivencia y crecimiento orbitará en torno a las reglas de comercio más relevantes: Servicio, disponibilidad, especialización y servicio al cliente.
Si el cliente sabe que ese casco que quiere comprar cuesta si o si 105€ en todas partes y no se puede tocar el precio, elegirá donde compra por quien consiga ofrecer mejores servicios y mejor experiencia. Y cualquiera podrá salir a competir y crear un negocio.
Ahora vivimos en lo más parecido al antiguo oeste en términos de comercio. Cualquiera puede vender cualquier cosa incluso muy por debajo de coste. Y esto, es irracional e insostenible porque cuando el descuento es el valor principal solo existe un final a ese cuento, el precio 0.
Acabaremos teniendo productos gratis simplemente por tener una suscripción elevada que nos dé otras cosas. No importará que pierdan dinero con los productos que te envíen a coste 0, porque tendrán a 8mil millones de humanos pagando religiosamente 50€ al mes.
Y qué importa si pierden dinero con los productos que te mandan gratis si tienen miles de personas explotadas en el tercer mundo fabricándolos a costes irrisorios...
Lugares de fabricación donde las políticas climáticas permiten niveles de contaminación en las fábricas que te harían llorar si lo vieras, y donde por 1 dólar al día puedes tener a una persona trabajando 14 horas.
Los gobiernos centrales tienen capacidad para proporcionar 3 cosas fundamentales:
- Tecnología para crear un entorno controlado en base a SKU’s con precios únicos y rastreables.
- Oportunidad para que cualquiera pueda acceder al mercado dándose de alta en la plataforma y solicitando el uso comercial de dichos SKU’s. Licencia gratis para vender y automáticamente control del precio automático.
- Control para que las reglas se cumplan y todos puedan competir en igualdad de condiciones en la regla principal de cualquier transacción: el precio.
Hace bien poco…
Una gran marca nos ha bloqueado la cuenta de compra en su B2B porque dice que no compramos lo suficiente. Os pongo en contexto:
Las marcas habitualmente tienen 2 formas de venderte:
-
Puntualmente a través de una plataforma de venta para profesionales (b2b)
- Vas comprando lo que ves interesante, lo que te has quedado sin stock o pedidos puntuales de clientes.
- En éste formato pagas el precio más alto posible como punto de venta, dejándote un margen ridículo que en muchos casos se sitúa por debajo del 20% bruto. Hay poco margen pero el riesgo es pequeño y puedes construir en base a la calidad y no la cantidad.
-
En base a programación:
- Es una compra masiva, anticipada de ciertas colecciones en las que compras stock en todas las tallas y en bastante cantidad.
- En éste formato consigues mejores precios pero el riesgo es muy elevado porque vender el material en las condiciones actuales es muy complicado.
Nosotros elegimos la primera opción. Compramos lo que queremos tener, queremos mover y sobre todo los productos en los que creemos. Y normalmente, no le vemos sentido a programar grandes compras.
Pero eso sí, respetamos el pvp, hacemos contenidos de valor sobre el producto para enseñaros por qué merece la pena lo que os recomendamos y trabajamos activamente en dinamizar la marca y sus productos - aunque el consumidor acabe comprándolo en la competencia-
Pues para ésta marca en particular, esto no es aceptable y en consecuencia nos ha cerrado la cuenta.
En el otro lado, nos encontramos que la competencia está malvendiendo los productos de ésta marca a unos precios por debajo de precio de coste y la marca mira para otro lado, no le importa, no es cosa suya.
Es increíble que aunque genere mala imagen para su marca, permitan que un producto que se vende a 300€ pvp en la web oficial, puedas encontrarlo a 120€ en tiendas sin escrúpulos.
Lo que ellos priorizan es vender en base a programaciones para que ellos puedan planificar su producción, y producir lo justo, lo que ya tengan vendido. Osea, que los puntos de venta final paguemos la producción planificada de la marca, con la promesa que después, cuando decidamos ponerlo al precio que nos dé la gana, no se entrometerán.
Es de locos.
La libertad de precios afecta a muchos momentos y capas del comercio y de un modo u otro acaba con la capacidad, la pluralidad y la diversificación. Y solo los grandes pueden subsistir y crecer.
Es un sinsentido. La competencia debe estar en el servicio, la especialización, el servicio al cliente y tu marca.
El precio es el argumento cuando no hay argumento.
Uf, tocas muchos palos que tengo en mi cabeza ahora y que me hacen cuestionar últimamente mis hábitos de consumo y el impacto de estos en el medio ambiente.
Nosotros compramos más bien poco, intentamos ser bastante frugales en general, por convicción, no por necesidad. Es por ello que cuando compramos algo no somos especialmente sensibles al precio y valoramos un servicio y una atención. Pero en una Sociedad ultraexpuesta al consumismo y que en media le cuesta llegar a fin de mes el precio es obvio que es fundamental, y mucho. Y es ahí donde Amazon y cía tienen una ventaja deshonesta basada además en una cadena de valor y distribución deshonesta.
Es muy complicado, cualquier intento de regulación del mercado se ve como un ataque a la libertad, aunque redunde en un beneficio sostenible futuro. No soy optimista al respecto, no te voy a engañar.
Abrazos
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Freds.cc replied:
Hola Sergio! Sí, yo creo que a veces nos hemos centrado en exceso de simplificar valorar el precio frente al servicio sin más. Como si una cosa fuera la buena y otra no. Pero en realidad, la decisión de compra implica más cosas. El sistema no está bien, no avanza al ritmo de las necesidades comerciales y los consumidores, no son responsables, pero si somos capaces de trascender en el día a día. Yo tampoco soy optimista, bueno sí, que coño, siempre lo soy… pero la realidad me colca en mi sitio xDDDD
La decadencia de nuestra sociedad es mayúscula. Lo que sean capaces de aguantar los ciudadanos es difícil de valorar, pero sin duda cada vez estamos más cerca de los límites. No se esperan “ataques” de sentido común, ansiedad por hacer mejor las cosas, ni depresión por no poder ayudar al prójimo, nada de esto ni a corto ni a medio plazo, está claro. Desde los medios se vienen sembrando valores fundamentalmente “despreciables” en juegos, pelis y por todos lados. El aprendizaje más básico es el adquirido por observación directa o virtual…. de esos lodos estos barros. Esta guerra comercial sin sentido es otra parte cainita de lo que tenemos. Mal muy mal nos va. El futuro…. pues lo tengo claro, yo te voy a seguir comprando a tí Fred y eso es lo que hay, le pese a quien le pese y ya te digo que los precios y creo que lo sabes, me importan bien poco. Me importa y MUCHO un trabajo bien hecho, profesional y cuidado por tu parte y los de tu equipo. Yo es lo que valoro, comparto, aplaudo e invito a seguir, sabiendo que la garantía de la atención cuidada NO TIENE PRECIO, por eso lo que cuestan las cosas con vosotros pasa a un segundo lugar. Tranquilidad de hacer compras buenas y sin equivocaciones, eso es por lo que yo apuesto, son “mis” valores y los aplico, pasando de los intereses comerciales de estrategias…, ingenierías financieras….. y mil quinientas calenturas que los grandes tratan de manipular. Es más simple, yo te compro a tí Fred y me quedo tranquilo, ya está.
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Freds.cc replied:
Tu eres un caso único Jose Luis. Porque los valores y los principios los antepones siempre. Ójala fuera la norma… un abrazo.
Estaría bien conocer el nombre de esa “gran marca” para no darles difusión y además para poder optar a productos de la competencia como alternativa a los que esta marca ofrece. Así se darán cuenta de que sin clientes, no hay producción que planificar.
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Freds.cc replied:
Ya… y quiero y pienso decíroslo porque igual que os digo lo que me gusta y que marcas me parecen la hostia, pues también os pienso decir cuando me parece que no actúan bien. Luego me generará problemas pero… Voy a hablar primero con ellos para ver si cambian o siguen en su línea, obviamente sin decirles que lo haré público porque no soy un mafioso xDDD pero si no veo que nada cambie os diré quienes son por su puesto que sí.
Nos devoran las grandes multinacionales con sus condiciones engañosas(hoy te doy a xxxx mañana te lo cambio a xxxxxx)El comercio de cercanía se muere con todo lo que ello conlleva.Un ejemplo mi pequeño mecánico en su taller de 60 m.Cuanto vale el repuesto 5 6 8 € más que en …….yo se los pago el en gracia me atiende de pm.A mi me merece la pena darle de comer aquien conozco y vive a mi lado
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Freds.cc replied:
Es que en eso consiste la vida, en que todos nos la podamos ganar… sin más. Y una comunidad capaz es una comunidad saludable. Todos deberíamos poder ganarnos la vida con esfuerzo y trabajo. Y, si el sistema no se adapta para regular la evolución tecnológica, somos los ciudadanos los que debemos establecer criterios. Porque no está bien lo que estas grandes empresas hacen, no está bien. Ni con sus empleados ni con sus proveedores, y por su puesto con la competencia… no está bien.
Totalmente de acuerdo!
Al tener unos años recuerdo la magia de dedicar tota una tarde o un día a ir ‘al centro’ (en mi caso, Barcelona) y dedicarme a mirar tiendas, deambular, comprar (o no), y la experiencia era total.
Y actualmente, es una selva comercial. Es una maldita locura! Pero es un tema multifactorial. El poder adquisitivo si ha bajado (subida muy leve de los sueldos, pero estratosférica de vivienda, comida, transporte, ropa…), la producción se ha vuelto una locura, la competència no parece sana, y encima está la competencia sin local y que tributa en otros lugares (o directamente no lo hace).
Como este funcionamiento (que parece haber venido para quedarse) no me satisface, compro mucho menos, mirando muy bien la procedencia, e intentando comprar éticamente. Prefiero tener una sudadera de 65€ que se como y donde se fabrica, que tres de 20€ que sé de dónde salen y me horroriza.
Como detalle, me gustaría que no blanqueádemos algunos conceptos, como ingeniería fiscal. Para mi eso significa no decir toda la verdad, cambiar los conceptos, decir mentirijillas para conseguir ahorrarse dinero. Vamos, defraudar de toda la vida.
David
PD: disculpad el tostón.
David
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Freds.cc replied:
Sí, efectivamente. Todo es multifactorial, coincido plenamente. Porque los mismos comercios pequeños no saben adaptarse y se canibalizan a sí mismos. Y tienes razón, Ingeniería Fiscal es la forma nice de hablar de trampas financieras. Es alucinante que empresas pequeñas paguemos el 50% de impuestos a final del año, entre irpf, is etc… y terminas el año sin caja y las grandes no pagan nada. No deberíamos validar esto, y la forma es tan fácil como no darle un mísero Euro a quien hace estas prácticas, punto.
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